miércoles, 22 de diciembre de 2010

La HIstoria de Esta semana

Pequeña Historia de Navidad
Es Una Pequeña Historia de mi autoría, la compuse hace algún tiempo...

En un poste de alumbrado público se hallaba apoyado, su mirada era triste, se ocultaba de la lluvia en un techo que sin pedir tomó prestado; a ratos se juntaba los pliegues de una vieja casaca que no tenía cierre, el frío era intenso e implacable, tenía los pies casi desnudos, sólo calzaba unas ojotas de jebe; se cubría la cabeza con una gorra vieja de color rojo, muy desteñida, que ya no era roja; en derredor todo era movimiento, púes como en todo el mundo, todo es movimiento a pocos días de la noche buena; hace varios días las calles ya se habían vestido de navidad, todo parecía un interminable ir y venir de gente, sólo él estaba quieto, con la triste mirada quieta, que se hacía más triste mirando el frío aguacero.



Dejó de seguir insistiendo en cerrar la casaca que nuca iba a cerrar, se limpió de la cara algunas gotas frías de lluvia que resbalaban por sus mejillas, se llevó una mano al bolsillo y en aquel bolsillo vacío empuño nuevamente la miseria; se sacudió la casaca que estaba un tanto mojada, y no le importó la fría lluvia, y caminó lentamente mirando a la gente que iba y venía, algunos con regalos, algunos con panetones; dobló por una esquina que quedaba una cuadra más abajo del mercado, dio un giro enorme hasta la otra calle, hizo esta maniobra para evitar aquel mercado lleno de cosas, de regalos, juguetes y un inmenso mar de gente ajetreada en un ir y venir de un lado a otro comprando regalos.


A cierta distancia de su humilde casita, se sacudió nuevamente la casaca húmeda y como de costumbre hizo la maniobra de intentarla cerrar, se limpió algunas gotas que resbalaban por su cara, pero esta vez no eran frías gotas de lluvia, eran tibias gotas de melancolía; abrió su puerta, salió a su encuentro su pequeña hija de seis añitos, le dio un abrazo, se colgó de sus cuello y le beso sus húmedas mejillas, le sacudió los húmedos cabellos, y le regaló a su padre una sonrisa muy tierna, y él, se dio cuenta que la navidad también adornaba su casa en aquella bella sonrisa de su pequeña; se puso a jugar con ella y le hizo algunas cosquillas para seguir adornándose con la ternura de las sonrisas de su hija, luego pensó un instante en el mercado navideño que evitó, faltaban aún algunos días para navidad, miró a su hija y sus ojos se llenaron de las esperanzas de comprarle aún una muñeca, para intercambiarla en noche buena con una sonrisa, a pesar de que su pequeña le regalaba sonrisas sin esperar nada a cambio; se abrazaron, se dijeron muchos “te quiero”, y en aquella humilde casa se vivía el amor, se vivía la navidad en cada sonrisa que intercambiaban.



A todos desearles lo mejor con sus familias, y que esta noche buena el mejor banquete en sus hogares sean los abrazos, y los mejores adornos las sonrisas…. Y vivan siempre para amar, para regalarle lo mejor de ustedes a los que les rodean…

¡FELIZ NAVIDAD!




Kaly Carledu

Carlos Eduardo Rosas Ángeles

Grupo Literario “Elementos” – Caraz - Perú


"La historia fue inspirada una tarde de aquellas, lluviosa, cuando divisé a un señor desde la ventana del trabajo, a vísperas de navidad..."



La Historia de la Semana (Semana Pasada)

Rosas Rojas

Rosas rojas eran sus favoritas, su nombre también era Rosa, y cada año su esposo se las enviaba, adornadas con un precioso lazo.


Cada año, su esposo le enviaba rosas, y la nota siempre decía: "Te amo aún más este año, que el año pasado en este día. Mi amor por ti siempre crecerá, con el pasar de los años."


El año que su esposo murió, las rosas también fueron puestas en su puerta. La tarjeta decía: "Quiero decirte que te amo, como todos los años anteriores."

Ella sabia que esta era la ultima vez que aparecerían las rosas.

Pensó que su esposo había ordenado las rosas por adelantado mucho antes de este día, ya que su amado esposo no sabía que iba a fallecer. A él siempre le gustó hacer las cosas con anticipación, bastante antes de la fecha, para que si él estuviera demasiado ocupado, todas las cosas funcionarían bien.

Recortó los tallos, y colocó las rosas en una florero especial, luego puso el mismo junto a un retrato de su esposo sonriendo. Podría haber estado sentada durante horas, en el


sofá favorito de su esposo mientras contemplaba su fotografía, y las rosas allí, al lado...


Un año después, aún era difícil vivir sin su pareja. Se sentía muy sola y prácticamente aislada...



Ese había sido su destino.


Entonces, como el año anterior, a la misma hora, el timbre de la puerta sonó y al abrir encontró que alguien había dejado rosas en la puerta de su casa.


Recogió las rosas, después de mirarlas entro en shock y decidió llamar a la florería. El propietario respondió y ella le preguntó, si podría explicarle por qué alguien tuvo que hacerle esto, causándole tremendo dolor...

"Yo se que su esposo murió, hace mas de un año", dijo el propietario, "Yo sabia que usted iba a llamar, porque él quería saberlo...


Pues bien, resulta que las flores que usted recibió hoy, fueron pagadas por adelantado. Su esposo siempre planeo las cosas, y nada dejó al azar. Hay una orden pendiente que tengo en archivo aquí y que el también pagó por adelantado: Usted las recibirá cada año.

Hay también otra cosa que pienso usted debe saber. Su esposo escribió una pequeña tarjeta especial...


La hizo hace varios años.

Me dijo que, cuando yo supiera que él ya no estuviera con nosotros, entonces esa sería la tarjeta que debería enviarle a usted el próximo año."

Ella le agradeció y colgó el teléfono. Sus lagrimas ahora afluían torrencialmente. Sus dedos le temblaban mientras los acercaba lentamente para tomar la tarjeta...


Y vio que dentro de la tarjeta, efectivamente, estaba una nota escrita por su esposo.


Dentro del absoluto silencio que rodeaba al ambiente, buscó leer ávidamente esto que él había escrito...

"Hola, mi amor. Sé que ha pasado un año desde que tuve que dejarte... Espero que no haya sido tan duro para ti y puedas haberlo superado."

"Sé que debe ser muy difícil, y el dolor es muy real, porque si hubiese sido al contrario, yo sé como me hubiera sentido."

"El amor que compartimos hizo maravillosas las cosas en la vida. Yo te amo más que lo que las palabras puedan expresar. Tú fuiste la esposa perfecta, tú fuiste mi amiga y mi amante, tú llenaste cada necesidad mía."


"Yo sé que sólo ha pasado un año, pero por favor trata de no entristecerte. Quiero que tú seas feliz aún cuando derrames unas lágrimas. Por eso es que las rosas te serán enviadas por muchos años."


"Cuando recibas estas rosas, piensa en toda la felicidad que tuvimos juntos y cómo es que ambos fuimos bendecidos."

"Siempre te he amado y sé que siempre te amaré. Pero, mi amor, tu debes continuar; tú tienes vida todavía."

"Por favor, trata de encontrar felicidad mientras vivas tus días. Se que no es fácil, pero espero que encontrarás algunos caminos."

"Las rosas llegarán cada año y ellas solamente se detendrán el día que no respondas a la puerta, cuando el muchacho se detenga para tocar."


"Volverá cinco veces ese día, por si hubieras tenido que salir. Pero después de su última visita sabrá, sin duda alguna, que tiene que llevar las rosas al lugar adonde le he dado instrucciones y colocarlas donde estamos nosotros, juntos una vez mas..."